HERRAMIENTAS (7)
7.- Otras herramientas:
Esta será, por el momento, la última entrada que dedicaremos al mundo de las herramientas para modelismo, y en ella veremos algunos tipos de herramientas, unas muy habituales, otras que no lo son tanto, y otras que se han creado ex profeso para determinadas funciones o que han sido adaptadas para usarlas en el mundo del modelismo.
Dentro de las habituales (y que todos solemos tener por casa), os presento las que yo denomino de golpeo, es decir, los clásicos (y algunos no tan clásicos) martillos.
Algunos martillos, clásicos y específicos. |
Este es un tipo de herramienta al que se le hace poco caso, pero que tiene unos usos magníficos cuando trabajamos cualquier tipo de material. En el caso de la fotografía que os he presentado arriba, vemos tres tipos de martillos muy diferentes según el uso que vamos a darles..
Con el número 1 tenemos el clásico martillo que todos tenemos en casa, un instrumento para aplicar fuerza sobre puntos concretos y muy versátil a la hora de romper piezas duras (rocas, escayolas, yesos, maderas, etc), clavar clavos (cuando realizamos bases o cajas de transporte, por ejemplo) o para ajustar, dando suaves golpes, grandes piezas que se han de juntar bien para pegarse con colas.
Aunque no lo parezca, el mango del martillo también nos puede servir para golpear (sin deformar) determinados elementos de nuestros trabajos (por ejemplo, al usar formones y escofinas, al introducir elementos rígidos en un encastre, etc).
En el número 2 encontramos el típico martillo de modelismo, más ligero y pequeño que el modelo anterior, y cuya principal virtud es que posee cabezas intercambiables (tal y como se aprecia en la fotografía), tanto para su parte delantera como para la posterior, lo que permite un amplio formato de golpes diferentes para diferentes materiales o para distintos efectos.
En la foto lleva colocados una cabeza plana de hierro cilíndrica (en la parte delantera) y una cabeza de bola, también de hierro (en la parte posterior). Junto a él se encuentran diferentes tipos de cabezas que varían en su composición (teflón, latón y hierro) y forma (cilíndricas, en cuña y rectangulares). Según su composición, pueden usarse para golpear diferentes materiales. Así, las de teflón y latón se usan para golpes suaves en el ajuste de piezas o de elementos que no pueden ser golpeados con las de hierro, porque deformarían su superficie o las romperían (como en el caso de piezas de resina, latón, etc).
Todas las cabezas pueden ser colocadas, indistintamente, delante o detrás del martillo, lo que nos dará una herramienta que podemos tener a mano con dos tipos diferentes de capacidades de golpeo, sin tener que cambiar la cabeza cada vez que cambiamos de material a golpear.
Por último, con el número 3, tenemos un extraño artilugio (bueno, vale, admitimos martillo), de fabricación casera, y que ha sido fabricado para una única cosa, clavar los clavos del tipo de cuadernas de barco.
Está realizado acoplando un martillo metálico (de un juego de herramientas infantil) a un mango de madera de una gubia. Se le ha añadido un trozo de plomo de pesca enrollado bajo la cabeza, lo más alto posible, para que con la mínima fuerza necesaria esa masa de plomo genere la fuerza suficiente para clavar los pequeños clavos (e incluso alfileres) en materiales blandos (madera de balsa, porespán, etc.).
Pasemos ahora a otro tipo de herramientas, también muy específicas para determinadas labores en el mundo del modelismo a escala.
Sopletes y cargador de gas. |
Sonrisas a parte (lo digo por el mechero que está en el número 1), aquí tenemos una pequeña variedad de sopletes que pueden sernos de utilidad en nuestros trabajos, así como el típico cartucho de recargar mecheros (marcado con el número 4) ideal para la recarga de los sopletes. El marcado con el número 2 es un pequeño soplete para trabajos en electrónica y el número 3 es del tipo empleado en algunas cocinas.
Hagamos un especial hincapié en que estos materiales deben guardarse SIEMPRE lejos de fuentes de calor (incluida la luz solar directa), pues un aumento de su temperatura puede provocar algún accidente desgraciado. Y, cuando los tengamos encendidos, que no se encuentre material inflamable en el radio de acción de su llama (disolventes, pinturas, papeles, etc.). Ya os imagináis porqué.
El uso de estas herramientas, a parte del clásico de quemar (en plan lanzallamas y tal), es muy variado y dependerá del tipo de materiales sobre el que los empleemos. Así, sobre plásticos y a una distancia prudente, nos pueden servir para acoplar piezas a la forma de moldes realizados en madera o para provocar deformaciones en planchas de vehículos militares con impactos o golpes. También pueden usarse para soldar entre sí piezas metálicas, mediante el uso de estaño para electrónica, como pueden ser barandillas de balcones o rejas de ventanas. Para efectos más localizados (trabajos sobre porespán, por ejemplo), recomiendo el uso del típico mechero, más fácil de aplicar a zonas muy determinadas sobre las que queramos conseguir efectos de deformaciones, cráteres, etc. No he incluido, entre este tipo de herramientas, la clásica y sufrida vela (o cirio) de toda la vida, utilísima para trabajar sobre trozos de blisters para conseguir elaborar largos hilos de plástico (muy útil para antenas, cables, etc.), la cual, para encenderla con comodidad, usaremos de nuestro sufrido amigo el mechero (veis como tiene muchas utilidades nuestro humilde mechero, gentes de poca fe...).
Pasemos, a continuación, a otras herramientas que, a pesar de no serlo, yo denomino raras, pues no son habituales en el mundo del modelismo. Aquí están.
Las "otras" herramientas. |
En esta última imagen vemos un pequeño compendio de herramientas entre las que se encuentran las auténticamente raras y otras que solo lo son porque no son habituales del mundo del modelismo.
Con el número 1 tenemos un cuchillo típico de agricultor (para realizar injertos) cuya hoja corta, ancha, curva y afilada me es muy útil para el texturizado de cartones y cartulinas gruesas en la imitación de tejados de pizarra o madera.
Con el número 2 tenemos un sacabocados grande, que me permite realizar cortes circulares sobre materiales de todo tipo, con un diámetro de corte de un centímetro, apto para su uso en espesores de hasta 2'5 milímetros (plástico, madera, tela, cartón, papel, etc.).
El número 3 es una herramienta (de uso habitual en talleres mecánicos) denominada botador, que tiene una cabeza de 1,5 milímetros de diámetro, la cual uso para clavar pequeños clavos, desplazar ejes metálicos de vehículos a escala o, previamente calentada con uno de los sopletes que antes hemos visto, para recrear impactos de proyectiles sobre superficies de maquetas de plástico y/o resina.
Identificada con el número 4 tenemos una herramienta de fabricación artesana. Está compuesta por dos listones de madera, a uno de los cuales se le han clavado unos cuantos clavos pequeños en posiciones irregulares, y luego le ha sido pegado el otro listón para evitar que los clavos se desplacen al usarla. La empleo para realizar texturizado de superficies en todo tipo de materiales (escayola, yeso, madera, plástico, etc) bien golpeando ligeramente la superficie con las puntas de los clavos para imitar la textura de piedras o el golpe de balas, bien rallando la superficie como si usase un cepillo.
Con el número 5 tenemos dos ejemplos más de herramientas generadas a propósito para usos específicos. La más pequeña es un destornillador de relojero al que se le ha afilado la punta y se le ha doblado el vástago en ángulo recto. Es muy práctica para realizar acanaladuras sobre superficies duras (para realizar ladrillos vistos en muros y paredes), imitar impactos de disparos (sobre yesos y escayolas) o, calentándola como en el caso del botador, trabajar sobre superficies de plástico para imitar desperfectos. La varilla que se encuentra a su lado es una simple varilla de acero a la que se le ha afilado una de las puntas y en la otra se le ha hecho un rebaje y se le ha dado forma de media luna corta. Es ideal para trabajos de talla sobre escayola, abrir botes de pintura, y un sin fin de cosas más (¿os dais cuenta de lo versátil y barata que es esta herramienta?. Casi sirve para todo. Bueno, solo casi).
Y, por último, y con el número 6, la jeringuilla desechable. Una increíble herramienta que, a parte de hacernos daño cuando se usa para pincharnos medicamentos, se puede usar para medir líquidos (agua, pintura, aceites, etc.), para introducir mezclas ente superficies a pegar (colas, mezclas de colas y arena, etc.) y para pintar, por saturación o encharcamiento, algunas zonas de nuestras maquetas. En mi caso particular, dispongo de unas cuántas de ellas, de distintas capacidades y con diferentes tipos de agujas, tanto por la terminación de su punta como por el diámetro de la misma.
Bien, por ahora hemos terminado de dar un somero repaso a las herramientas que, dentro de mi modesto e incompleto taller de modelista, conforman mi instrumental básico de trabajo.
Os recuerdo, a todos aquellos que leáis mi blog, que podemos añadir cualquier otro tipo de herramientas que esteis usando y que pensáis que deberían quedar reflejadas en estas paginas. Os invito, de corazón, a que me hagáis cualquier sugerencia al respecto y os espero en las próximas entradas.
Saludos.
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